HOMBRES DE VALOR

Pido un aplauso por aquellos hombres que no ocultan sus lágrimas a los demás, demostrando que el dicho aquel de que los hombres no lloran no es una realidad y que al llorar gritan al mundo que son vulnerables y que en su corazón hay sensibilidad.

Pido un aplauso por aquellos hombres que despiertan cada mañana y dirigen su primer pensamiento al cielo, agradeciéndole al creador el tener un nuevo día para corregir los errores del ayer.

Pido un aplauso por aquellos hombres que después de una jornada agotadora de diez horas de trabajo o más, aun llegan con el ánimo y las ganas de jugar unas horas con sus hijos.

Pido un aplauso por aquellos hombres que pasan en vela la noche porque uno de sus hijos enfermó y lo cuida hasta que pase la fiebre.

Pido un aplauso por aquellos hombres que se mantienen templados cuando alguien los insulta o agrede, pues conoce bien el don de la prudencia.

Pido un aplauso por aquellos hombres que con gusto contribuyen a las labores de su hogar, ya que sienten esas labores como parte de convivencia en la familia y no por ello dejaran de ser mas hombres de lo que ya son.

Pido un aplauso por aquellos hombres que mantienen su rectitud ante cualquier indicio de inmoralidad, ya que en ellos son fuertes los principios que forjaron su espíritu.

Pido un aplauso por aquellos hombres que aun sabiendo la magnitud de su rudeza muestran su ternura y delicadeza ante la caricia de alguien a quien ama.

Pido un aplauso por aquellos hombres que pasan horas y horas instruyéndoles algo nuevo a sus hijos, pues al sembrar su semilla en ellos con los años verán con orgullo los frutos de su tiempo invertido.

Pido un aplauso por aquellos hombres que al sufrir un fracaso en sus vidas, no lo ven como una tribulación si no como una nueva oportunidad de intentarlo de nuevo.

Pido un aplauso por aquellos hombres que lloran, ríen, gritan, sueñan, aman, cantan, los que tienen paciencia, los que buscan la conciliación, los que mantienen su palabra a pesar de la adversidad, los que regalan algo de su tiempo a quienes lo necesitan, los que no dudan en ofrecer su apoyo a los limitados, los que al final de la jornada se sientan a dar un repaso a lo sucedido en su día, los que jamás tienen un “no puedo” por respuesta ya que saben que con constancia y dedicación todo pueden lograr, los que ven los obstáculos no como imposibles si no retos a lograr, los que dan calor con un abrazo a quien aman de verdad, los que se equivocan y reconocen su falla y se disculpan al ofender a otros, los que saben bien que la vida se vive solo una vez, los que ya tienen bien trazado el camino que desean seguir, los que no se enfadan con facilidad y cuando llega a suceder saben manejarlo como lo que son, “hombres de valor” de los que necesita Dios.



(Dedicado al hombre que me hizo la mujer que soy...mi abuelo Don Avelino Rubio Orozco.)